
Es común salirse de la dieta en verano, sin embargo no es lo ideal. Aprovecha esta época para mantener una alimentación saludable y mantener tu peso para iniciar el año de mejor manera.
Verano es sinónimo de vacaciones, descanso y, cómo no, la oportunidad de probar la gastronomía típica del lugar escogido para vacacionar. Por otro lado, es común que las personas descansen de otras rutinas que mantienen durante el año: actividad física y horarios para dormir y levantarse, por ejemplo.
Sin embargo, estas acciones pueden tener consecuencias no deseadas, como aumento de peso y pérdida de masa muscular ¿Cómo evitarlo? Acá te lo contamos.
La alimentación en verano
Con los cambios de horario, suele pasar que las personas se “saltan” las comidas, lo que a su vez lleva a los famosos “atracones”: comer más de la cuenta y pasarnos de las calorías recomendadas diariamente. En este sentido, el consejo es comer 5 veces al día, como lo deberíamos hacer el resto del año.
Un desayuno balanceado es ideal para comenzar la mañana, que incluya agua, lácteos y al menos una porción de fruta. Evita los alimentos fritos y si vas a beber, prefiere cerveza light o vino tinto, ya que contienen menos calorías.
Patricia Astudillo, nutricionista diplomada del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Inta) de la Universidad de Chile, compartió algunos consejos clave en este sentido:
- No olvides el agua: aumentar la ingesta de líquidos es esencial para evitar la deshidratación. Consumir agua entre las comidas ayuda a no comer en exceso.
- Consume frutas y verduras: aprovecha la variedad de estos alimentos en verano y consume al menos 3 porciones de verduras y 2 de frutas al día. Contienen agua, fibra (que favorece la digestión), minerales y nutrientes que el cuerpo necesita.
- 5 comidas al día: no te saltes comidas, para evitar atracones. Levántate a la hora usual y toma desayuno, una merienda a media mañana que puede ser una fruta o un lácteo, un almuerzo que incluya proteínas y verduras, un snack por la tarde y una cena liviana. Mientras más colorido el plato, ¡mejor!
- Evita alimentos fritos: contribuyen al aumento del colesterol y tiene muchas calorías, además de tener un efecto térmico aumentando el calor corporal. Prefiere alimentos cocidos la plancha o al horno, porque así pierden menos nutrientes.
- Dile no al azúcar: prefiere los azúcares naturales presentes en frutas y verduras, y evita el azúcar refinado, galletas y bebidas azucaradas. No aportan mucho a tu cuerpo y aumentan la temperatura corporal.
- No te excedas con la sal: o evítala completamente. Usa otros aliños para dar sabor a tus comidas y te darás cuenta que ni siquiera extrañarás la sal.
- Prefiere pescados: aprovecha los productos del litoral del país, consumiendo mariscos por sobre carnes rojas. “Su digestión es más rápida además el tipo de grasa es más sana para el organismo”, destacó la nutricionista.
Además, evita el alcohol cuando salgas. Prefiere aquellos que aportan menos calorías, como la cerveza (mejor aún si es light o sin alcohol) y el vino tinto. Ante todo, no te excedas.
¡No olvides ejercitarte!
Las vacaciones no son excusa para dejar de hacer ejercicio. Aprovecha el buen tiempo para continuar realizando actividad física y prueba nuevos deportes, como la natación. “Es recomendable realizar cualquier tipo de actividad física. Las personas más sedentarias pueden caminar entre 30 y 45 minutos diarios. La más recomendada es la natación, ya que ayuda a mantenerse fresco”, sugirió la especialista Patricia Astudillo.
“Hay que evitar bebidas diuréticas como el café, el mate y las bebidas alcohólicas, ya que (…) nos pueden deshidratar en forma más rápida. Por otra parte, las bebidas azucaradas, como jugos néctar y bebidas gaseosas, si bien son refrescantes, producen cierto grado de deshidratación, lo cual provoca mayor sensación de sed”, recomendó Edmundo Rodríguez, docente de Nutrición de la Universidad del Pacífico.
Cuidarse en familia
Los padres son el ejemplo a seguir para los más pequeños, por ello es importante transmitir buenos hábitos. Entre ellos, la alimentación y actividad física están dentro de los más importantes, ya que juegan un rol fundamental en la salud a largo plazo.
En verano, Patricia Astudillo recomienda evitar la comida chatarra y ”reemplazar los típicos productos de playa como helados, pan de huevo, barquillos (..) por un snack saludable: fruta, huevo o lácteo descremado”.
Caminar por la playa y nadar son actividades que pueden hacerse en familia y que promueven el cuidado de la salud. Incorpora frutas y verduras en la dieta de tus hijos, y asegúrate de que no se salten las comidas.
¿Una idea? Prepara un helado casero para el postre, usando frutas de estación y yogurt. Mezcla todo en la juguera, endulza con miel, y deja enfriar en el freezer hasta que tenga consistencia de helado.
Al final del verano notarás la diferencia si sigues estos consejos. Aunque suene complicado, debes pensar que todas estas costumbres saludables tienen un beneficio a largo plazo para ti y tu familia.