El primer y mejor alimento para tu bebé

Entre el 1 y 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna. A continuación, te orientamos sobre sus beneficios, tanto para la madre como para el bebé, además de presentarte sus ventajas, cuidados y contraindicaciones puntuales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el amamantamiento reduce la mortalidad infantil y otorga beneficios sanitarios que alcanzan hasta la edad adulta. De hecho, señala que mejorando la lactancia se pueden salvar más de 820.000 vidas por año.

La matrona supervisora de la Clínica de Apoyo a la Lactancia de Clínica Dávila, Ivonne Quilodrán, enumera los beneficios que el amamantamiento tiene para la madre y el bebé:

  • Ayuda a la retracción del útero después del parto y a recuperar la figura.
  • Reduce la hemorragia postparto y la probabilidad de anemia.
  • Disminuye el riesgo de contraer cáncer de mama y cervicouterino.
  • Se caracteriza por su disponibilidad inmediata.
  • Ahorra energía, tiempo y dinero.
  • Aporta los nutrientes necesarios para el recién nacido.
  • Entrega defensas contra enfermedades.
  • Provee de componentes que favorecen el desarrollo del cerebro y la visión.
  • Resulta una práctica higiénica.
  • No se necesita manipulación de utensilios.
  • Potencia el lazo emocional.
  • Proporciona amor, calidez y afecto.

¿Cuándo, cómo y cuánto?

  • Fundamental es comenzar la lactancia antes de la primera hora de vida, ya que con ello se refuerza la inmunidad y se potencia el apego.
  • Se recomienda un ambiente tranquilo, colocar al bebé en la posición correcta y que la madre se sienta cómoda para lograr una lactancia efectiva y placentera para ambos.
  • Es aconsejable la libre demanda durante los primeros 6 meses, manteniendo la lactancia exclusiva. Luego de ese período, se debe complementar con alimentación hasta los 2 años.
  • La madre debe amamantar a su hijo hasta vaciar el pecho o cuando el menor se desprenda.
  • Existe una regla general para la libre demanda: el tiempo entre una toma y otra no debe sobrepasar las 3 horas, ya que la reserva energética del bebé no dura más que eso.
  • Hay que dejar que el bebé succione y mantenerlo estimulado, pues se suelen dormir con mucha facilidad.

Acople sin presión

La posición idónea para la lactancia dependerá de cada mamá, de acuerdo a ciertas condiciones:

  • Considerar que siempre se produzca un acople perfecto y hermético para que la succión sea completa.
  • Jamás comprimir la mama, ya que produce un efecto de inhibición de la leche.

Posibles problemas

Es un hecho que la lactancia es un aprendizaje para cualquier mamá y una instancia de consolidación para el apego, pero también puede representar un problema. “Se producen grietas en los pezones cuando éstos no se prepararon durante el embarazo y también debido al mal acople del bebé”, explica la matrona Ivonne Quilodrán.

También se provoca congestión mamaria de tipo fisiológico normal, que suele ocurrir entre las 48 y 72 horas posteriores al nacimiento del bebé. En estos casos, amamantar es clave para superar el problema.

Mastitis

Otra dificultad es la mastitis o inflamación de la glándula mamaria, cuadro que puede deberse a la obstrucción de los conductos de la leche en periodos de lactancia o a una infección bacteriana, cuyos síntomas son:

  • Fiebre y escalofríos.
  • Pechos duros, dolor en el pezón y areola.
  • Calor y enrojecimiento de la zona afectada.
  • Bultos que se palpan y abscesos en casos de mastitis
    no puerperal.

Para evitarla, lo más importante es el drenaje que haga el bebé del pecho de la madre y no mediante extracciones que produzcan mayor inflamación de la que ya existe. También es fundamental mantener la lactancia.

Contraindicaciones

  • Madres portadoras de VIH o de HTLV Tipo 1 y 2, ya que ambos virus se pueden transmitir al bebé a través de la leche materna.
  • No existe ningún tipo de contraindicación en madres con cirugía de implante mamario y embarazos gemelares.