Aprende más sobre la hipertensión

Porque nos preocupamos por tu salud y bienestar, este mes te entregamos consejos sobre la hipertensión arterial, una enfermedad silenciosa y muy común que afecta a uno de cada tres adultos en Chile.

¿Qué es la hipertensión? 

La hipertensión es un trastorno en que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta. Una presión normal es de 120 mm Hg1 tensión sistólica (sístole, cuando el corazón se contrae) y de 80 mm Hg de tensión diastólica (diástole, cuando el corazón se relaja); mientras que una hipertensión se encuentra entre los 140 mm Hg o mayor (sistólica) y 90 mm Hg (diastólica).

Consejos para prevenir la hipertensión

Según la Organización Mundial de la Salud, todas las personas pueden adoptar medidas para reducir las posibilidades de padecer hipertensión y sus consecuencias adversas:

  • Disminuye el consumo de sal. Su ingesta debe ser menos de 5 g al día (algo menos de una cucharadita de café al día).
  • Mantén el peso corporal y haz ejercicio. El sobrepeso es una causa de hipertensión. Rebajarlo reduce la presión arterial y disminuye el riesgo cardiovascular y de diabetes. Por su parte, la actividad física permite bajar las cifras de presión arterial y ayuda aumentar la masa muscular.
  • Elimina el hábito de fumar. El tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
  • Evita el uso nocivo del alcohol. Esto es, limitar su ingesta a no más de una bebida estándar al día.
  • Lleva una dieta saludable. Por ejemplo, comer cinco porciones de fruta y verdura al día y reducir la ingesta total de grasas, en especial las saturadas.
  • Gestiona el estrés de una forma saludable. Por ejemplo, mediante la meditación, ejercicio físico y las relaciones sociales positivas.

La importancia de controlar la presión regularmente

En la gran mayoría de los casos la hipertensión no produce síntomas, por eso, es muy importante que controles con regularidad tu presión arterial, sobre todo si tienes antecedentes familiares de esta enfermedad.

Si no te controlas, la hipertensión puede provocar un infarto de miocardio, un ensanchamiento del corazón y, a la larga, una insuficiencia cardiaca. Los vasos sanguíneos pueden desarrollar protuberancias (aneurismas) y zonas débiles que los hacen más susceptibles de obstruirse y romperse. La hipertensión también puede provocar deficiencia renal, ceguera y deterioro cognitivo.